viernes, 13 de abril de 2007

Las Malvinas! Soberanía o no?



¿Algún día tendremos la Soberanía de las Malvinas?



La soberanía de Malvinas nunca será un pedido pacífico.




Las Malvinas son una colonia Británica, y esta es la realidad, pero poniendo el sentimiento en juego preferiría que fuesen argentinas aunque sabemos que no es así, y lo sabemos porque el gobierno de facto del año 82’, con ansias de ganar territorio argentino, decidió enviar a “soldados” de 18 años, sin preparación, sin cargamento, sin comida y con la demencia y maldad de quién no quiso pensar, no pensó o no le importó pensar que aquellos jóvenes no estaban dispuestos ni síquica ni físicamente entrenados para derribar a un ejercito Inglés provisto, además, de un batallón de hombres de 25 a 30 años, con todas las capacitaciones que no tenían los argentinos.
La realidad que nos quedó, en el periodo post Guerra, a los ciudadanos argentinos es decadente y triste no solo porque tenemos el sabor de la derrota a flor de labio, sino porque miles de familias perdieron a los suyos en un enfrentamiento ridículo, caprichoso y muy mal organizado. Las causas de las muertes de los jóvenes que cayeron en Malvinas no sólo fueron los bombardeos y las armas enemigas, lo más duro de afrontar es que murieron de frío porque recibieron borceguíes rotos, no tenían comida, ni chocolates, nada que los ayudará a pasar ese tormento, ni siquiera tenían cigarrillos para engañar al estómago. Aún hoy se siguen quitando la vida los veteranos porque no soportan tanta presión. Pensar una guerra así es como creer que podemos jugar al balero sin hilo y querer la soberanía de las Islas de esta manera es descabellado y suicida.
Por no pecar de nacionalistas o amantes del país que tenemos muchas veces no se opina fervorosamente de ningún tema que se adentre en un pantano resbaladizo, del cual, es muy dificultoso salir. En el caso particular de Malvinas, la lucha por la soberanía no es un tema menor, ni poco conocido. Los que nacimos en la generación del 80’ vivimos envueltos entre dichos y entredichos de lo que sucedió en las Islas. Éramos muy niños para entender la situación, y esto inmediatamente se traduce a que la explicación de los hechos eran generadas por otros, padres, abuelos, hermanos mayores, todos con ideas distintas de un mismo conflicto, y enredados de estas diferencias crecimos, con opiniones varias, desde los que fueron a Plaza de Mayo a festejar que Argentina derrotaba al enemigo hasta aquellos que creían que Galtieri se equivocaba diplomática y estratégicamente.
Cuando nos acercamos a los veteranos y sobrevivientes entendemos que el pedido de soberanía de las Islas es aún mucho más difícil de lo que creíamos antes porque ellos sufrieron el dolor en carne propia. Muchos creen que las Islas deberían ser nuestras y muchos otros querían saber nada de la guerra, cuando se enteraron que tenían que viajar hacia Malvinas sufrieron mucho porque no lo deseaban. Ninguno de los veteranos piensa que hayan sido héroes y, particularmente, creo que tampoco lo son, no porque no hayan afrontado la guerra como verdaderos hombres, sino porque nunca eligieron pelear por esa causa sino que, muy por el contrario, los obligaron a hacerlo. Nadie puede ser héroe cuando no lo eligió.
Más allá de los intentos diplomáticos para la recuperación de las Islas que el Gobierno lleva a cabo con Gran Bretaña actualmente, no será nunca un tratamiento pacífico el pedido de soberanía, ojala que sí, pero creo que no, simplemente porque la historia se encargará de recordar, cada vez que se hable de Malvinas, que el violento Gobierno del 82’ envió a miles de jóvenes a morir e inventándoles Historias inexistentes sin importarle si vivían o no.
Gisela Romagnolo