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Durante décadas hemos sufrido los genocidios mas fatales que la historia ha mal nombrado “conquista española” o “colonización”.
Cuando llegaron los primeros genocidas a América, nuestra tierra era virgen de miles de enfermedades, sobretodo, y además virgen de hambre de oro, plata y mercancías que a los que “venían del más allá” les interesaban por demás y para los nativos de nuestra América eran solo minerales que brindaban la tierra y los dioses.
No sólo es necesario hablar del maltrato con las mujeres y los niños, sino también de las vejaciones y torturas que han sufrido los originarios de América por la ambición de los españoles, ¿Cuánto oro podían querer?, ¿Cuanta plata?, ¿cuantas especias que solo se conseguían en estas tierras?. Y si fuera así, si pensamos que es posible que los españoles vinieron para conquistar la tierra y colonizar a un pueblo para que le rinda homenaje a los reyes españoles. ¿Era necesario exterminarlos? ¿Matarlos de todas las maneras que se les ocurrió? No solo a punta de espada y con armas o cañones sino también con enfermedades que anteriormente nunca habían existido en América.
No, no era necesario, ni por toda la plata de Potosí, ni por todo el oro de Perú. Existían familias enteras que vivían en su tierra felices o no, sabiendo o no lo que significaban el oro y la plata. Hasta eso nos sacaron, la concepción que había de los minerales, el oro pasó de ser un mineral enviado por los dioses, a ser un vil metal.
Yo no quiero ser hija de esos barcos, me niego, aunque los llevo en la sangre. Yo elijo ser hija de quienes cuidaron América, de los que cuidaban la tierra, de quienes en comunidad arreglaban sus problemas porque a ellos también los llevo en la sangre.
No estoy de acuerdo con la famosa frase: “el argentino es hijo de los barcos, es una mezcla de todo”. Acepto que existe la mezcla, no necesariamente creo en una única raza. No, pero me gusta pensar en cómo fue esa fusión, ¿fue elegida? ¿Las mujeres indígenas eligieron al español para que sea el padre de sus hijos?, puede ser que alguna lo haya hecho, pero la realidad es que la mayoría no pudo decidir nada, ni cómo quería vivir. No porque no tuvieran la capacidad, sino porque muchas fueron violadas, otras raptadas y la que se oponía terminaba muerta sin ser antes torturada.
Entonces ¿qué tipo de cultura “civilizada” fue la que nos propuso España? ¿qué valor cultural puede tener esta atrocidad? ¿De qué encuentro de dos mundos hablan?
Nunca puede ser un “encuentro de dos mundos” aquel que no lucha en igualdad de condiciones. Los indígenas que habitaban América, mucho antes de que llegara Colón y sus famosas carabelas que nos hacen memorizar en la escuela, no quisieron intercambiar culturas, arrasaron una enorme cultura, por la de ellos, con una cruz en la mano hablaban de un solo dios, de un rey, de valores económicos. Llegaron con caballos, con barcos, con ropa, con vidrio. ¿Cómo el indígena no iba a estar perplejo al ver tantas novedades juntas?
Hay quienes dicen que a los originarios los derrotó el asombro, y puede ser, pero a los españoles, muy por el contrario, nada los detuvo en su sed de oro y “conquista” de tierras.
Por supuesto que hay que mencionar que los españoles mataban con armas y los indígenas solo usaban flechas o en algunos casos piedras ¿cómo se derrota a un ejercito de hombres solo con flechas y piedras?
No se los derrota. No solo se derrota al contrario con violencia, hay otros modos. Lo trágico es que llamen a una matanza descarnizada “encuentro de dos mundos” y que ,aún hoy, en muchos colegios sigan diciendo que Colón “conquistó” y “civilizó” a América. Hablemos con la verdad alguna vez. Colón, los reyes y los hombres que llegaron a adueñarse de América eran Genocidas. Mataron sin piedad a nuestra gente, a nuestros antepasados, nuestro pueblo, nuestras raíces y con los años a la tierra también. Y en este punto no sólo es culpa de los españoles.
Y todo esto ¿por qué?
Por el oro. Lo peor o más desolador es que aún nos pasa. Nos siguen matando, escudandosé en “civilizar” o "modernizar" y también sigue siendo por oro. Desde todos lados. Desde la idiotización de la televisión, desde el planteamiento del pobre contra el pobre, de los terratenientes contra los campesinos, y así un sinfín de dualidades que terminan siendo el Boca- River eterno de nuestra existencia.
Si no accionamos contra estos genocidios diarios no podremos decir mañana que aún siendo presionados, estafados, acorralados y demás barbaridades no luchamos por otro mundo posible. Suena a utopía, pero no es tan utópico sentir y pensar que volver a cuidar la tierra, volver a cuidar lo que nos robaron y nos quieren seguir robando es algo que nosotros mismos tenemos que enfrentar y sobretodo defender a capa y espada. Todos! incluidos aquellos que consideran que el año que viene será nuestro bicentenario.
Y en este punto… yo me pregunto… ¿bicentenario de qué? Pero ese es otro tema.
Gisela Romagnolo
Periodista.
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